Para muchos, la pregunta del título puede resultar jocosa y fácil de responder. A otros les generará una duda sincera sobre la posible respuesta. Es probable que penséis en un no rotundo, pero lo cierto es que no todo es tan fácil como parece. Islandia no es un país nada común, ni geológica ni culturalmente hablando, y tampoco lo iba a ser en lo que a seres fantásticos se refiere. ¿Existen realmente los duendes en Islandia?
Creencias de Islandia
La cultura de un país está inequívocamente relacionada con sus creencias. Los mitos, las leyendas y las historias que narran hechos pasados, son las que nos han llevado como pueblo a ser lo que somos en el presente. A veces, esas historias sobrepasan el umbral de lo terrenal para adentrarse a mundos donde los seres humanos aún no tenemos potestad alguna. Todas esas experiencias pasadas y el entorno, el cual influye en el día a día, han forjado en Islandia unas creencias que han sobrevivido siglos de historia.
Para aquellos que habéis tenido la suerte de visitar Islandia, seguramente coincidiréis conmigo en que la naturaleza es cuando menos, única y espectacular. Vivir rodeado de paisajes como los que hay en esta isla, nos invita a dejar la imaginación correr libre y sin ataduras. Pero ¡ojo! Eso no significa ni mucho menos que para los islandeses creer en elfos o criaturas fantásticas, sea un juego de niños.
De acuerdo a las últimas estadísticas, el 54% de islandeses dicen creer en, al menos, la posibilidad de que los elfos existan. Es cierto que, con el paso del tiempo, hay aún más gente que se inclina a pensar en el no. Pero aún a día de hoy, si le preguntas a un islandés, la respuesta más común sea “probablemente”.
Duendes, elfos y troles en Islandia
Las historias sobre los “huldufólk” han pasado de generación en generación. Se transmitían de forma oral y son de suma importancia en el folklore de esta isla nórdica. Es posible que la palabra “Huldufólk” no te suene de nada, pero en Islandia está en todas partes, aunque no se vea.
Huldufólk se traduce como “el pueblo o gente oculta” y a pesar de que normalmente lo traducimos como elfos, realmente para los islandeses son seres similares a los humanos, pero en pequeño tamaño. Sociedades de un mundo paralelo que comúnmente habitan en las rocas de los vastos y solitarios montes islandeses.
No existe un islandés que no conozca a un familiar, un amigo o un conocido que no haya vivido una experiencia cercana con estos seres. Algunos incluso dicen poder comunicarse telepáticamente con ellos. Son muchas las personas que afirman haberlos visto, tanto adultos como pequeños. Aunque son estos últimos los más propensos a tener encuentros con estos seres fantásticos. ¿A qué se debe? Bien, según los propios locales, la relación de los niños con la naturaleza es más genuina, real y potente que la de un adulto. A medida que nos hacemos mayores y avanzamos en edad, perdemos no solo la inocencia, sino la capacidad de conectar con aquello que nuestros ojos no pueden ver.
Casa de elfos en Islandia
Como os comentábamos anteriormente, la casa de los elfos o “Huldufólk” son las rocas. Siendo Islandia un país de origen volcánico, podéis deducir que los elfos están básicamente por todas partes. Y de esto, son conscientes no solo la gente de a pie, sino también el propio gobierno islandés.
Cuando decimos que en Islandia creer en elfos no es un juego de niños, lo decíamos con absoluta e indudable convicción. Es tan fuerte esta creencia, que incluso se han llegado a paralizar obras de ingeniería civil, como autovías, por no irrumpir o destruir el hábitat de este pueblo mágico y oculto. No han sido para nada excepciones, sino que, en más de una ocasión, el tribunal supremo de Islandia ha tenido que dirimir sobre estos casos.
¿Existen realmente duendes en Islandia?
Si existen o no los elfos o “Huldufólk” es algo a lo que verdaderamente no podemos dar respuesta. Y aunque para muchos suene a broma, es una creencia que debemos respetar, la compartamos o no. Ciertamente, no es difícil entender por qué algo que para los demás puede parecer irracional, es común en Islandia.
Esta isla remota del atlántico norte alberga naturaleza en constante y dramático cambio. El paisaje es tan único que no parece ni siquiera terrenal. Donde el cielo invernal se ilumina cada noche por las mágicas y fantasmagóricas auroras boreales. La tierra se agita y se agrieta bajo el suelo que pisamos cada día. El viento ruge con fuerza y el fuego hace, de vez en cuando, acto de presencia de una forma voraz y despiadada a través de los cuantiosos volcanes. Viviendo en un entorno donde lo extraordinario es común, no es tan raro que lo irracional se vuelva, a veces, cotidiano.
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